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Crear un fideicomiso en vida en NJ


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Cualquier persona que investigue sobre la planificación patrimonial inevitablemente se encontrará con el tema de los fideicomisos en vida. Estas figuras jurídicas pueden cumplir un papel importante en un plan patrimonial y deben analizarse con cuidado, debido a la naturaleza de los bienes y la dinámica de la familia del creador del plan.

Aunque los fideicomisos en vida pueden ser una herramienta excelente para algunas personas, no siempre son necesarios, y a veces pueden hacer que una situación relativamente sencilla se convierta en una innecesariamente complicada. Siga leyendo para saber más sobre los fideicomisos en vida, cómo funcionan y si debe incluir uno en su plan patrimonial.

¿Qué es un fideicomiso en vida?

Un fideicomiso es una figura jurídica que se financia con los bienes del creador del fideicomiso y que es administrado por un fideicomisario en beneficio de uno o más beneficiarios. Un fideicomiso en vida o “inter vivos” es aquel que se forma mientras la persona aún vive.

Existen dos tipos de fideicomisos en vida: revocables e irrevocables. Estos se crean a través de un documento de fideicomiso que establece las instrucciones sobre cómo deben mantenerse, administrarse y distribuirse los bienes del fideicomiso.

Cuando un fideicomiso en vida es irrevocable, no es posible modificar las instrucciones para administrar los bienes del fideicomiso una vez que se haya creado. Es decir, el propietario original de los bienes dejará de controlarlos, y en adelante, los administrará el fideicomisario designado. Esta no es una decisión que debe tomarse a la ligera, ya que es permanente, y los fideicomisos en vida irrevocables suelen crearse con el objetivo de evitar los impuestos sobre el patrimonio. Puesto que New Jersey actualmente no tiene un impuesto sobre el patrimonio y la exención federal es superior a $10 millones de dólares por persona, la mayoría de las personas no necesitan crear este tipo de figura.

Cuando un fideicomiso es revocable, podrá modificarse o revocarse por completo en cualquier momento durante la vida de su creador. Una vez que haya fallecido el creador del fideicomiso, pasará a ser irrevocable, y los bienes del fideicomiso deberán administrarse y distribuirse de acuerdo a sus instrucciones. A diferencia del fideicomiso en vida irrevocable, que solo es necesario en circunstancias muy específicas, un fideicomiso revocable tiene muchos beneficios que podrían favorecer a un público más amplio.

Beneficios de un fideicomiso en vida revocable

La principal razón por la que las personas crean un fideicomiso en vida revocable y no una última voluntad y testamento estándar es para evitar el proceso de validación testamentaria. La validación testamentaria consiste en reunir los bienes y hacer que el albacea designado en la última voluntad salde las deudas pendientes y distribuya los bienes restantes de acuerdo a las instrucciones del testamento.

En algunos estados, este proceso puede ser muy engorroso, y los sistemas judiciales saturados pueden dar lugar a retrasos de meses o incluso años. Por suerte, en New Jersey, el proceso de validación testamentaria no es tan difícil de tramitar en comparación con muchos otros estados del país. Sin embargo, ¿qué pasa si una persona tiene bienes en varios estados?

Si una persona tiene muchos bienes o inversiones repartidos en varios estados, probablemente sea buena idea usar un fideicomiso revocable. Cuando la persona fallezca, en lugar de tener que contratar abogados en cada estado donde se encuentren los bienes para realizar el proceso de validación testamentaria, con el fideicomiso se evitará por completo este trámite y se traspasarán de manera automática todos los bienes a los beneficiarios que se indiquen en el documento del fideicomiso. En esta situación, es posible ahorrar muchísimo tiempo y dinero si se usa un fideicomiso revocable y no una última voluntad.

Otros motivos por los que una persona podría elegir un fideicomiso revocable y no una última voluntad son el mayor control sobre sus bienes y la capacidad de mantener la privacidad de estos, ya que cualquier bien que pase por el proceso de validación testamentaria se convertirá en un registro público.

La mera privacidad, sin que existan circunstancias especiales, no es motivo suficiente para crear un fideicomiso revocable. Sin embargo, sí podría serlo la capacidad de tener mayor control sobre los bienes. Los fideicomisos pueden contener instrucciones muy específicas sobre cómo el beneficiario debe recibir su parte de los bienes, y podría incluir las siguientes opciones:

  • Retener todos los bienes hasta que cumpla una edad determinada;
  • Distribuir los bienes con fines médicos, educacionales y de bienestar hasta una edad determinada;
  • Entregar partes del patrimonio al beneficiario durante un período de tiempo.

Además, los fideicomisos pueden proteger los bienes de los acreedores del beneficiario, para así dar tranquilidad a cualquier persona que quiera darle sus bienes a otra que tenga problemas económicos ahora o en el futuro.

Muchas de las opciones para distribuir los bienes a través de un fideicomiso revocable pueden llevarse a cabo mediante fideicomisos testamentarios, que son cláusulas de una última voluntad que crean un fideicomiso si se cumplen determinadas condiciones al momento del fallecimiento del creador del testamento; por ejemplo, la existencia de hijos menores de edad.

Desventajas del uso de un fideicomiso

Los fideicomisos en vida pueden ser una excelente opción de planificación patrimonial en determinadas situaciones, como para aquellas personas que tienen muchos bienes fuera del estado o para los beneficiarios que necesitan atención especial. Sin embargo, el uso de un fideicomiso en vida tiene algunas desventajas que deben considerarse antes de proceder.

En primer lugar, cabe señalar que la creación de un fideicomiso en vida conlleva mayor trabajo legal que la creación de una última voluntad y testamento y, por lo tanto, los honorarios de abogados serán más elevados. Dichos honorarios pueden compensarse por el dinero que se ahorraría al evitar la validación testamentaria, pero dependerá del patrimonio específico de la persona.

En segundo lugar, es importante entender que un fideicomiso en vida debe actualizarse de manera constante. Cuando se usa un fideicomiso en vida en un plan patrimonial, los bienes nuevos que se adquieran deberán inscribirse a nombre del fideicomiso y no a título personal; de lo contrario, no se incluirán en el fideicomiso y no se regirán conforme a sus instrucciones.

Por último, cabe señalar que el solo hecho de que una persona tenga un fideicomiso en vida no significa que evitará por completo el proceso de validación testamentaria al momento de fallecer. Esto se debe a que es improbable que cada bien esté incluido en el fideicomiso al momento del fallecimiento del propietario, ya que las personas tienden a adquirir nuevos bienes durante su vida y podrían decidir no inscribir todos sus bienes a nombre del fideicomiso. Los bienes que no figuren en el fideicomiso al momento del fallecimiento de la persona pasarán por el proceso de validación testamentaria y se distribuirán de acuerdo a las leyes sucesorias del estado o las instrucciones que se establezcan en un testamento complementario.

Un testamento complementario es un documento “multiuso” donde se establece que cualquier cosa que no se incluya en el fideicomiso al momento del fallecimiento de su creador se distribuirá de acuerdo a las instrucciones establecidas en el testamento complementario. El objetivo es evitar que los bienes se distribuyan conforme a las leyes sucesorias del estado, que son complicadas y que suelen hacer que algunos beneficiarios imprevistos reciban una parte del patrimonio.

¿Debo contratar un abogado?

Por último, la decisión de incluir o no un fideicomiso en vida en el plan patrimonial dependerá de los detalles específicos de sus bienes y la dinámica de su familia. Si trabaja con un abogado especializado en planificación patrimonial, este revisará todo el patrimonio para determinar si podrían surgir problemas en función de las distintas opciones disponibles, y le recomendará el mejor método según sus necesidades.

En Rosenblum Law, ofrecemos planes patrimoniales personalizados a una tarifa fija razonable para cumplir los objetivos específicos de nuestros clientes. Usamos tecnología innovadora y un enfoque práctico para brindar un plan patrimonial que incluya todo lo necesario y que pueda crearse en solo un par de horas. Llámenos hoy mismo para comenzar con una consulta gratuita.

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